Madre mía! Si otro año se me ocurre ir,os doy permiso para que me déis un pescozón! Las vistas desde luego cojonudas, para algo estábamos en el 2º pueblo más alto de España, y no es broma. Casi que se veía Collbató o como dice el chiste "Torontoentero" desde el balcón de la casa.
Si a mí me gusta la montaña, me gusta salir a andar, pero para eso necesitábamos la equipación de los de "Desafío Extremo".
Teníamos que dejar el coche en el único lugar accesible con coche que era el parking municipal (gratis, eso sí), porque no había huevos de bajar con el coche por esas callejuelas tan empinadas. Así que para todo, comprar el pan que es lo básico, te tenías que hinchar los pulmones de aire e iniciar el ascenso al Hymalaya. En invierno esas calles las deben utilizar como pistas negras y montan una estación de esquí de infarto, os lo digo yo.
Para colmo las curvas, ya que entre pueblo y pueblo no te las quitaba ni Diós y mi querido hijo iba detrás conmigo llamándome todo el rato, por lo que de centrar la vista en un punto para no marearme imposible.
No, si lo hemos pasado bien, pero para la próxima, ni padres, ni curvas, ni casa en ningún pueblo que se llame "Atomarporculo" o parecido.
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